Empieza la segunda ola de nearshoring en México: del auge inicial a la segunda etapa de expansión

Nearshoring en México: oportunidades, retos y perspectivas para la inversión industrial

El nearshoring en México se ha convertido en uno de los fenómenos más relevantes para la economía y la industria en los últimos años. Tras un auge sin precedentes derivado de la pandemia de COVID-19, el país vivió una expansión acelerada en su sector industrial, especialmente en la manufactura de exportación. Sin embargo, hacia finales de 2024 comenzaron a percibirse señales de ajuste que han dado paso a una segunda ola de nearshoring en México, marcada por la reconfiguración de mercados, nuevos desafíos de infraestructura y un entorno global cada vez más complejo por las tensiones arancelarias.

A pesar de los retos, la nueva etapa ofrece un panorama lleno de oportunidades para consolidar al país como destino estratégico de inversión, siempre que se atiendan las necesidades de certidumbre, seguridad y capacidad energética.

Del auge inicial al ajuste

Durante los años posteriores a la pandemia, México experimentó un crecimiento sin precedentes en el sector industrial. La relocalización de cadenas de suministro, impulsada por la crisis logística global, llevó a múltiples empresas a instalarse en el país, especialmente en regiones fronterizas como Tijuana, Ciudad Juárez y Monterrey, así como en el corredor industrial del Bajío.

La demanda de naves industriales creció con fuerza, contrastando con la contracción del mercado de oficinas por el auge del teletrabajo. Sin embargo, este crecimiento acelerado también generó efectos secundarios. Muchos desarrolladores iniciaron proyectos de parques industriales durante el auge, pero para cuando esas construcciones estuvieron listas, la demanda había comenzado a enfriarse.

En ciudades como Ciudad Juárez y Tijuana, la disponibilidad de espacios industriales empezó a crecer y las rentas, que venían aumentando año con año, comenzaron a estabilizarse o incluso a bajar. Esto refleja el tránsito hacia una nueva etapa: una segunda ola de nearshoring en México, más pausada, selectiva y con exigencias más claras en infraestructura y logística.

Infraestructura y seguridad: los grandes pendientes

Uno de los principales retos que enfrenta México en esta segunda ola es la infraestructura energética. Durante años no se realizaron las inversiones necesarias en subestaciones, líneas de transmisión y generación eléctrica, lo que ha generado rezagos significativos. Muchas naves industriales construidas en la frontera norte, por ejemplo, no cuentan con energía suficiente para operar, lo que limita su aprovechamiento.

Además, la seguridad ha escalado en la lista de prioridades de las empresas. La decisión sobre en qué región instalar operaciones ya no depende solo de factores de costo y ubicación, sino también de la seguridad en carreteras y entornos industriales. Esto representa un desafío para atraer y retener inversión extranjera, pues los corporativos internacionales buscan minimizar riesgos en toda su cadena logística.

La segunda ola del nearshoring en México

Pese a la desaceleración inicial observada en 2024, la tendencia de relocalización no se ha detenido. Expertos de la industria, como Rafael McCadden de Colliers, aseguran que se está gestando una segunda ola de nearshoring en México, sustentada en factores estructurales:

• La ubicación estratégica del país, con más de 3,000 km de frontera con Estados Unidos.

• Su papel como principal socio comercial de EE.UU. dentro del marco del USMCA (T-MEC).

• La competitividad en costos laborales frente a otros países.

• La posibilidad de aprovechar las tensiones arancelarias entre EE.UU. y otras economías como China y Canadá.

Aunque la inversión extranjera directa se ha reducido en los últimos meses por la incertidumbre, las oportunidades para México siguen siendo claras. Empresas de sectores como el automotriz, electrónico y de alimentos ven al país como una alternativa viable para establecer cadenas de suministro cercanas al mercado norteamericano.

Sectores con mayor potencial

Dentro de esta segunda etapa del nearshoring en México, algunos sectores destacan por su resiliencia y potencial:

1. Automotriz: A pesar de que las exportaciones de vehículos cayeron 6.3% y la producción 0.5% entre enero y mayo de 2025, este sector sigue siendo un pilar estratégico. Empresas como Audi, BMW y Volvo mantienen planes de expansión que refuerzan el papel de México como hub automotriz.

2. Electrónica y telecomunicaciones: Al igual que ocurrió con la industria automotriz en el pasado, existe un fuerte potencial para desarrollar cadenas de proveeduría locales que soporten a empresas globales en este sector.

3. Manufactura de exportación: La llegada de empresas chinas a México en busca de acceso preferencial al mercado de EE.UU. es una señal clara del atractivo del país en este rubro.

4. Alimentos y agroindustria: Este sector también presenta oportunidades, sobre todo si se fortalecen las cadenas de frío, transporte y almacenamiento especializado.

Certidumbre: el factor decisivo

Si bien México tiene ventajas comparativas claras, el mayor desafío para consolidar esta segunda ola del nearshoring en México es la falta de certidumbre. La renegociación del T-MEC y los cambios en las políticas arancelarias de EE.UU. introducen un nivel de volatilidad que preocupa a los inversionistas.

Algunos corporativos ya han decidido avanzar con sus planes sin esperar definiciones políticas, confiando en la ventaja estructural que ofrece México. Sin embargo, muchos otros esperan señales más claras antes de comprometer capital en proyectos de largo plazo.

La clave estará en ofrecer un entorno más predecible en materia de reglas comerciales, seguridad y energía. Si se logra, México podría consolidar el impulso de esta segunda etapa y traducirlo en empleos, crecimiento económico y fortalecimiento de su posición en el comercio global.

Mirada a largo plazo

Los especialistas coinciden en que las decisiones de inversión industrial no pueden evaluarse en plazos cortos. Desde que una corporación global decide instalar una planta hasta que ésta inicia operaciones pueden pasar entre tres y cuatro años. Para entonces, la incertidumbre de hoy puede haberse disipado.

El mensaje final es claro: el nearshoring en México no es una moda pasajera, sino una estrategia de largo plazo que seguirá marcando el rumbo de la industria nacional. La segunda ola es la oportunidad para consolidar al país como líder en manufactura y logística de América del Norte.

Conclusión

La primera ola del nearshoring en México fue explosiva, impulsada por la pandemia y la urgencia de relocalizar cadenas de suministro. Ahora comienza una segunda ola, más pausada pero también más estratégica, que exige atender temas de infraestructura, seguridad y certidumbre.

Si México logra enfrentar estos desafíos, podrá capitalizar su posición geográfica, su papel en el T-MEC y su atractivo como destino de inversión. La oportunidad está sobre la mesa: el nearshoring en México entra en su segunda etapa, con el potencial de transformar la economía nacional en los próximos años.

Referencia: El Economista. (2025, 28 de agosto). Ya inició la segunda ola del nearshoring en México. Yahoo! Noticias. https://es-us.noticias.yahoo.com/inici%C3%B3-ola-nearshoring-m%C3%A9xico-205110361.html